Las aplicaciones de Botox son recomendadas para quitar las líneas de las arrugas en el cuello, que acaban formando una especie de collar de piel en la mujer.
Las inyecciones de Botox relajan la musculatura del cuello, denominada de platisma, acabando con las contracciones que son las causantes de la flacidez y de las líneas horizontales en el cuello.
Los tratamiento con Botox del cuello consisten en 12 aplicaciones de la toxina, 3 para cada uno de los 4 grupos musculares que forman el cuello. Fuera los pinchazos, la paciente no siente dolor porque aplican un gel anestésico después de las inyecciones. El resultado es sensacional pero tarda 72 horas en mostrar todo el efecto rejuvenecedor. El efecto del Botox dura cerca de siete meses, cuando es necesaria una nueva aplicación.
¿Qué hace el Botox en el cuello? Botox es el nombre de un producto farmacéutico para el tratamiento de las arrugas bajo la marca comercial Vistabel. Se trata de una proteína natural purificada que se obtiene del Clostridium botulinum, la bacteria causante de una enfermedad mortal llamada botulismo que se caracteriza por una parálisis general del cuerpo
De los siete tipos de toxina que produce la bacteria sólo la A se usa médicamente. Provoca parálisis del músculo al bloquear la transmisión entre el nervio y el músculo. La transmisión del impulso eléctrico nervioso al músculo se lleva a cabo mediante la liberación de un neurotransmisor denominado acetilcolina. La toxina botulínica A bloquea la liberación de este neurotransmisor. Con esta acción el Botox impide las contracciones que crean las arrugas en la piel del cuello.
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